Para los ahorradores e inversores más conservadores, los productos de renta fija siempre han sido una de las opciones más atractivas, ya que son instrumentos con un bajo riesgo asociado y una rentabilidad que, aunque reducida en comparación a otro tipo de inversiones, es conocida de antemano.
Dicho esto, ¿a qué nos referimos si hablamos de invertir en renta fija?
Tipos de renta fija
En el mercado existen diferentes productos de renta fija que se pueden clasificar atendiendo a quién los emite, al plazo de la inversión y al rendimiento que ofrecen. Vamos a ver todas estas clasificaciones.
Renta fija según emisor
En primer lugar, nos encontramos la renta fija pública, aquella que emiten Estados, Comunidades Autónomas y demás Administraciones u organismos públicos con el objetivo de financiar sus gastos estructurales y completar los ingresos procedentes de los impuestos. La deuda pública se negocia en el Mercado de Deuda Pública en Anotaciones y cuenta con la supervisión del Banco de España. Dentro de esta categoría se encuentran las Letras del Tesoro, Bonos y Obligaciones de Estado.
Por otro lado se encuentra la renta fija privada, emitida por empresas que necesitan financiación para acometer proyectos o ampliar capital. Este tipo de renta fija cotiza en el mercado AIAF, bajo la supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. En esta categoría nos encontramos con pagarés de empresa, bonos y obligaciones de empresas privadas, obligaciones subordinadas, titulizaciones hipotecarias, cédulas hipotecarias y cédulas territoriales.
Renta fija según el plazo de vencimiento
Las inversiones a corto plazo las encontramos en los mercados monetarios, en donde se adquieren principalmente Letras del Tesoro y Pagarés de empresas, cuyo vencimiento tiene un plazo máximo de 18 meses. Este tipo de productos tienen una liquidez muy elevada, es decir, se pueden vender fácilmente en el mercado secundario, aunque tienen una rentabilidad inferior a la de las inversiones de mayor plazo.
Las inversiones a medio y largo plazo se realizan en los mercados de capitales, en donde se compran Bonos y Obligaciones tanto de empresas privadas como de Administraciones Públicas. Para estas inversiones, el vencimiento supera los dos años y aunque tienen una rentabilidad potencial superior a las inversiones a plazos más cortos, también tiene mayor riesgo asociado.
Renta fija según el rendimiento que ofrece
Los productos de renta fija de rendimiento explícito son aquellos que realizan pagos periódicos al inversor en forma de intereses (cupones). La periodicidad de estos pagos varía en función de lo estipulado en la emisión, siendo habitual el cupón semestral o anual.
Los productos de rendimiento implícito o cupón cero son aquellos en los que la rentabilidad viene determinada por la diferencia entre el precio que paga el inversor por el producto y el precio el momento de amortización. Este tipo de productos tiene un pago único de intereses en el momento de la amortización.